Traumas de mi vida

Recuerdo mi primer año en la primaria como si hubiera pasado hace una semana, yo era un niño pequeño (ok, todos los niños son pequeños, pero yo me pasaba de verga) era el más chaparro del salón a excepción de una niña que no tenía piernas (es broma, sí tenía, pero era la única más chaparra que yo) era yo un puto palillo (estaba más flaco que la chingada y no mames sí que es flaca; ahora estoy bien marrano porque en tercer año tragaba como cerdo gracias a la emulsión de Scott) y si a eso agregamos que usaba mangueras y zapatos ortopédicos (corre Forrest, corre), hijos de la gran perra, me cago en Buda y en su puta iluminación; todo eso es nada comparado con mi primera "maestra" en la educación primaria. La docente en cuestión era una hija de puta, Carmela se llamaba, la obesa greñuda cara de sapo y aparte tenía una verruga inmensa que casi te hacía perder la atención en su inmensa papada.

Todo esto lo platico porque en sí la anécdota es corta y hay cosas que, estimados lectores ociosos que sí tienen algo mejor que hacer pero prefieren hacerse pendejos, tiene que ver con lo que acabo de contar; resulta que un día gasté todo mi dinero para el recreo en una botella mediana de coca cola (que para un escuincle es un chingo) total que siempre he sido tacaño y no quería regalar/convidar/compartir/desperdiciar mi super coca de 500 ml (creo que era de 500 ml, no me acuerdo) me la tomé toda, al regresar al salón pasó lo que todos ustedes están pensando, así es, estaba que me cagaba por ir a mear.

Resulta que a la Carmela no le hizo gracia que quisiera ir al baño después del recreo, no me dejó ir al baño, y ahora que recuerdo, no estaba tan lejos:

OK, el mapita está de la verga, pero sólo tomen en cuenta la distancia de mi salón al baño

Como muchos de ustedes se podrán imaginar; después de rogar casi de rodillas a la vieja ésa quien me veía con ojos de desprecio (porque obviamente no era el favorito de la clase) me prohibió salir del salón, me oriné en los pantalones, no mames, maldije 100 veces su nombre, sus amigos, familiares y me cagué en sus muertos por lo que sigue…

.

.

.

La perra me castigó por orinarme y me puso parado afuera del salón mientras yo chillaba, juré por mi caballero del zodiaco pirata de 5 pesos que nunca olvidaría su cara y las burlas y señalamientos de mis (cuarenta y tantos) compañeros de clase.

¿Y el pinche Remi porqué me compadece y me ve con ojos de lástima? Ese wey ni casa ni familia tiene.

Pasó otra maestra por ahí y me preguntó que porqué lloraba le dije que dejé un charcote de meados en el piso junto al escritorio de la “maestra” y le salpiqué su portafolio, y dicha visita ineserada, con una voz compasiva me preguntó: “ay mijito, ¿y porqué no le dijiste a tu maestra que tenías ganas de ir al baño?”

NO MAAAAAAAAAAAMES SI ES CIERTO, ¿PORQUÉ NO SE ME OCURRIÓ?

Verga.

De verdad espero que sus hijos se hayan dedicado a las drogas sin terminar la secundaria y que ella haya sido despedida, es más, espero que su esposo le haya puesto el cuerno unas 30 veces por año de casados y le haya pasado alguna enfermedad venérea, ah... y que a su perro le dé cáncer.

Nota1: Estoy haciendo mi servicio social por lo que estoy al doble o triple de ocupado de lo que estaba cuando me rascaba los huevos en mi casa sin hacer nada.

Nota2: Manhunt es muy divertido, pero Gears of War se la mata cabrón.

Nota3: Me salió otro pelo en un pezón, me preocupa convertirme en simio.

En fin, Medication de [distatix]: